sábado, 11 de abril de 2009

¡Cuando una fortaleza de la empresa familiar es su gran debilidad!

Uno de los principales temas de importancia en la Dirección de empresas familiares está enfocado en determinar su continuidad, vale decir; si existe la plena convicción y compromiso por parte de las personas propietarias de la empresa familiar en hacer perdurar su organización a través del tiempo.

Una empresa familiar desde el momento que nace o concibe, pone de manifiesto, un "liderazgo altamente personalizado" enfocado en un alto enfoque en las actividades operacionales, en tareas repetitivas, rutinarias, de corto plazo; representadas y ejecutadas por el socio o propietario fundador de la empresa familiar. En este momento se reconoce esta habilidad empírica, basada en sus experiencias personales, como uno de los pilares y fortaleza más importante de las empresas familiares hoy en día, la “pasión” personalizada que le agrega el propietario es vital para el arranque y es considerada una gran “ventaja competitiva”.

La igualdad entre propiedad y capacidad de dirección que recae en una persona, al inicio de la empresa familiar, cuando esta se desarrolla; se hace una tarea más complicada y debemos “repensar” si es el camino adecuado. Hoy en día, aun mas; con un entorno altamente cambiante donde el cliente está cada vez mas informado y los diferentes grupos de interés juegan un papel importante en las empresas familiares, lo que en su momento se considero una “fortaleza”: el liderazgo personal, es ahora su gran “debilidad” que pone en una grave situación de “incertidumbre” la continuidad de la empresa familiar.

Es importante para el propietario el determinar en el momento oportuno, cuando dar ese “gran paso” que a la vez es causa de conflictos familiares y empresariales, y de esta manera reducir el “impacto negativo de un liderazgo personalizado”.

La concentración de decisiones operativas, al ser tomadas por la(s) persona(s) que forma(n) parte de los órganos de gobierno y de la propiedad, es factible de ser su “desventaja competitiva”; aun más cuando el crecimiento organizacional de la empresa familiar merece un redimensionamiento estratégico que permita su continuidad a lo largo del tiempo.

Una de las alternativas de afrontar y detener el crecimiento de la gran “desventaja competitiva” de las empresas familiares es el de “potencializar” los órganos de gobierno, los consejos directivos, consejos de consultores y consejos de familia; mediante la “profesionalización” basadas en estructuras organizativas adecuadas para las empresas familiares.